El apropiacionismo discrepa hoy en día, el significado de otros tiempos, como la obra de Richard Prince o Sherrie Levine, el tecnicismo de realizar una “buena obra de arte” poco nos compete ante la alienación de la imagen técnica. Tomar conciencia de ello es por consiguiente, lo que importa en la producción artística. La recepción aurática de la obra mediante la susceptibilidad y su contexto social, puede ser aún posible en manos de “un simple operador de aparatos” como se refiere Arlindo Machado.
Ante mi punto de vista, en lo que respecta la fotografía, critico el tecnicismo de la obra de arte, desde la comprensión del aparato, hasta la comprensión y estudio de la luz, los sentidos estéticos ya sean o no, institucionalizados y el grado de mercado a la que pretende llegar la obra de x artista. No sólo me parece encantadora la tan cuestionada expresión “es sólo apretar un botón” sino que ya ni siquiera necesito tener la cámara en mano para hacerlo.
El contexto crea la obra de arte, puede también expropiar al artista, quedando en el anonimato. Internet nos da esta opción, más bien, los usuarios damos esta opción.
Ryder ripps no tiene una formación técnica de avanzada, pero su manejo por la web es apreciable en varios sentidos. En su obra Internet theraphy donde más bien, es una cita documental de una sesión con su terapeuta de 68 años, explica la ansiedad ante la intangibilidad de sus obras. La susceptibilidad del artista se agudiza ante esta situación actual, donde todo es tan frágil y hace a uno cuestionar si realmente es valorable su trabajo. Algo tan ambiguo como la intangibilidad del objeto, puede ponernos en una situación de conflicto en varios niveles internos.
Esta no es una conducta general, claro está. Nuestro objetivo no es tampoco, como pastores, tratar de concientizar el exagerado uso de medios audiovisuales circulando en Internet, pero sí, ante este estudio superficial de los fenómenos sociales, actuar con una suerte de ideal responsable ante nuestra consumición de cultura, que no es poca.